También ofrecemos protección y atención integral a madres adolescentes y sus hijos menores de cinco años, así como a las hermanas pequeñas de las residentes cuando están en riesgo social.
Todas las niñas y adolescentes ingresan a La Alianza por orden de Juez/a competente.
Trabajamos, además, con las familias de las niñas y adolescentes que abrigamos porque, según nuestras leyes, víctima no solo es la persona que sufre el daño directamente, sino quienes viven con ella o la sobreviven cuando fallece.
El trabajo que realizamos en prevención a nivel nacional es fundamental: comunidades educativas, grupos organizados de la comunidad, líderes y lideresas comunitarios(as) y funcionarios públicos responsables de aplicar y hacer cumplir el sistema de protección de la niñez y adolescencia.
Cualquier niña o adolescente (NA) que cumpla con el perfil con el que trabajamos puede ingresar a la Residencia, siempre que el Juez o la Jueza lo mandaten.
Después de poner la denuncia por la violencia sufrida, en alguna de las instituciones que aparecen en el siguiente esquema, la niña y/o adolescente pueden solicitarle al Juez o Jueza que la envíen a La Alianza, siempre que la decisión de dicha autoridad haya sido su institucionalización para su protección.
Si la NA llega a ALA sola, acompañada por otra persona, o por alguna organización, será bien recibida y se realizará de inmediato el trámite de reportar su llegada ante el Juzgado de Primera Instancia de Niñez y Adolescencia para que autorice o no que se quede en la Residencia.
